El Color Azul

El Color Azul

Al mirar el cielo azul o contemplar el mar solemos experimentar dentro de nosotros una sensación de paz, tranquilidad y armonía. Por eso, en general, es algo que nos gusta hacer a todos, porque nos relaja. ¿Quién no ha disfrutado alguna vez de esta sensación mientras estaba tumbado en la arena de la playa o recostado en la hierba de una pradera? Posiblemente hayas asumido que mirar al cielo o al mar nos calma, pero ¿te has parado a pensar que tienen en común estas a actividades para provocar ese efecto en nosotros? La respuesta no es otra que su color, el color azul.

Siendo esto así, cabe preguntarse si, del mismo modo, nos podríamos relajar simplemente contemplando algo de dicho color. Pues bien, podemos decir, sin ningún género de dudas, que sí. Esta afirmación viene avalada por los resultados que arrojó una investigación llevada a cabo en la Universidad de Sussex, en Reino Unido. El estudio concluyó que cuando una persona ve algo azul sus ondas cerebrales reflejan un mayor nivel de felicidad. Los colores son procesados por el hemisferio derecho del cerebro que está conectado con la parte emocional, de ahí que cuando los miramos nos provoquen este tipo de sensaciones. Según el Doctor Mario Alonso Puig, médico y reconocido conferenciante, contemplar un color concreto -en este caso el azul- e imaginar que lo respiramos, nos puede ayudar, por ejemplo, a relajarnos cuando sintamos miedo. En definitiva mirar al color azul, ayuda a que las personas tengamos más confianza en nosotras mismas, además disminuye el estrés, y nos relaja, aumentando así nuestra sensación de felicidad.

De hecho, si nos fijamos, esta característica tan especial del color azul, su capacidad para relajarnos y aumentar así nuestra felicidad, ya se usa en algunos ámbitos. ¿Nunca te habías preguntado, porque en muchos casos las salas de espera de los hospitales suelen ser de este color? Ahora ya conoces la respuesta, por su capacidad de relajación. En conclusión, mirar el color azul nos afecta de manera muy positiva ya que logra que nos sintamos más relajados, más confiados y, por tanto, más felices. Es un dato que podemos tener muy en cuenta, por ejemplo, a la hora de pintar nuestra habitación e incluso a la hora de vestirnos porque en función de este detalle, sin darnos cuenta, podremos estar un poco más cerca de la felicidad.

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